Este proyecto parte de una voluntad clara de transformación. La distribución original del piso, fragmentada y sin relación con el exterior, limitaba tanto la percepción espacial como la calidad de vida cotidiana. La intervención propone un giro radical: reorganizar por completo la planta para abrir la vivienda hacia su terraza y convertir ese límite en el verdadero corazón del hogar. Así, la zona de día se desplaza y se expande, vinculándose con el exterior, que se redefine como salón, comedor y cocina al aire libre.

La elección de materiales y colores refuerza esta nueva lógica espacial. Un blanco cálido unifica paredes, armarios y cocina, aportando serenidad y continuidad visual. El pavimento, de roble natural mate y sin dibujo, introduce una calidez silenciosa que equilibra la luminosidad y da carácter a los espacios. El resultado es una atmósfera contenida, amable, que transmite calma y apertura a partes iguales.

Más allá de la distribución, el proyecto apuesta por el confort desde la eficiencia: carpinterías de madera de altas prestaciones, aislamiento térmico integral y un sistema de aerotermia con fancoils garantizan un rendimiento energético elevado.

La reforma se llevó a cabo en colaboración con el estudio de interiorismo Nora Batlle Belonging Interiors, dando forma conjunta a una vivienda coherente, abierta y profundamente habitable.