En La Molina, a pocos pasos de la estación de esquí, esta cabaña de montaña recupera su esencia a través de una intervención respetuosa y precisa. Concebida para acoger estancias breves en un entorno natural privilegiado, la rehabilitación parte de una mirada contenida: actualizar sin desdibujar, mejorar sin perder autenticidad. Tras años de uso, los interiores de madera habían oscurecido y tanto cocina como baño requerían una renovación completa, al igual que las instalaciones, adaptadas ahora a su nuevo uso como vivienda de alquiler vacacional.

El proyecto actúa con especial atención a la escala doméstica. En un espacio compacto y abierto, cada decisión cuenta: los muebles se diseñan a medida para optimizar el uso diario sin renunciar al confort. El área de estar, organizada en torno al fuego, se redefine con un nuevo sofá que ofrece descanso y amplitud. Los antiguos armarios que albergaban literas se replantean para incluir una cama doble escamoteable y una litera, resolviendo con naturalidad las necesidades de descanso sin invadir el espacio.

El resultado es un refugio cálido y funcional, que acoge al viajero sin artificio. Una cabaña pequeña pero generosa, donde cada rincón ha sido pensado para vivir el paisaje con intimidad, en el ritmo pausado de la montaña.